El granate se impuso en la final a Atalaya de Rosario por 72-66.
Se sabía de antemano que la definición no tendría desperdicio, y sería pareja de principio a fin. Las previsiones eran, al final de cuentas, un cúmulo de futurologías con alto grado de acierto, que en cualquier casa de apuestas pagarían muy poco. No había otro camino para la final.
Y así fue. De dientes apretados y cierre incierto. Quien pegó primero fue Atalaya, el cual se quedó con el primer cuarto por 21-14, basándose en una fórmula que por conocida no dejó de ser eficaz: jugar prácticamente sin rotación, y que el quinteto abridor se haga cargo de la situación.
En ese aspecto Lanús no fue menos. Su mundo giró en torno a seis jugadoras, y en esa ruleta pequeña, el “granate” se vio mejor plantado dentro del segundo capítulo, el cual se lo llevó por 17-11.
Al regreso de zona de vestuarios, las rosarinas iniciaron con una mínima ventaja (32-31), la cual llevarían apenas un poco más allá al momento de meterse en el acto final, amparándose en un 18-15 que les dio brecha de cuatro (50-46).
Los minutos fueron pasando, y el aroma a tiempo suplementario fue impregnando todo el Polideportivo del Boxing Club. Sin embargo, un mejor cierre volcó la balanza a favor de Lanús, el cual llegó a los últimos dos minutos en igualdad de 63, y en los siguientes sesenta segundos estableció una racha de 5-0, que marcaría el quiebre del match.
El global terminó siendo de 26-16, para que las chicas del sur del Gran Buenos Aires celebraran con el tanteador final de 72-66.
Sofía Acevedo terminó como goleadora del triunfador con 28 unidades; siendo apuntalada por Martina Torres, la cual saltando desde la banca entregó 15; y Martina Scian, quien también siendo inicial logró 13.
Por Atalaya, Chiara De Virgilio contabilizó 18 puntos, escoltada por el tándem integrado por María Victoria Fux y Agustina Linari, las cuales combinaron 28 (14 cada una).
Fotos: Prensa San Miguel.
Emanuel Niel
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